Real Touch. Obra de Marco Melgrati. Smartphones. Sociedad del espectáculo.
Real Touch. Obra de Marco Melgrati.

Sociedad del espectáculo y teoría del simulacro. Artículos, resumen y conclusiones

En este conjunto de artículos hacemos un repaso adaptado a nuestros tiempos de La sociedad del espectáculo (1967) de Guy Debord y Cultura y simulacro (1978) de Jean Baudrillard. Podemos considerarlas obras fundamentales para comprender cómo construimos nuestra realidad. Para preguntarnos si en verdad somos conscientes de todo lo que experimentamos o lo hacemos a través de mediaciones simbólicas.

Real Touch. Obra de Marco Melgrati. Instagram: m_melgrati

Además, haremos este repaso a través de otros importantes pensadores posmodernos; apoyándonos visualmente en la obra de artistas que de alguna manera plasman las ideas que queremos transmitir; y desde la experiencia directa que gobierna nuestro día a día acelerado, hipermoderno y de relaciones líquidas.

Índice de contenidos:

Espectáculo y simulacro. Síntesis

1. La vida entera de las sociedades en las que imperan las condiciones de producción modernas se anuncia como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo directamente experimentado se ha convertido en una representación

(Debord, 1967: 37).

El situacionismo de Debord manifiesta que la sociedad del espectáculo añade el atributo de irreal a todos los elementos de nuestra sociedad actual, hasta a nosotros mismos. Y es que toda forma de comunicación estará inevitablemente mediatizada por la colosal cantidad de imágenes de la industria cultural. Por tanto, la comunicación estará siempre bajo el influjo de todo tipo de formas de consumo, tendencias, iconos o pensamientos, los cuales seguiremos interpretando, asimilando y reproduciendo.

9. […] Cada noción fijada de este modo no tiene más sentido que la transcición a su opuesto: la realidad surge en el espectáculo, y el espectáculo es real. Esta alienación recíproca es la esencia y el sustento de la sociedad actual.

(Debord, 1967: 40).

A lo que Baudrillard añadiría con su teoría del simulacro que no vivimos la realidad directamente, sino que vivimos a través de sus representaciones experimentando una suplantación de lo real por los signos de lo real (hiperreal).

Lo que ha estado en juego desde siempre ha sido el poder mortífero de las imágenes, asesinas de lo real.

(Baudrillard, 1978: 17).

Las cosas aparecen dobladas por su propia escenificación, pero este doblaje no significa una muerte inminente pues las cosas están en él ya expurgadas de su muerte, mejor aún, más sonrientes, más auténticas bajo la luz de su modelo, como los rostros de las funerarias.

(Baudrillard, 1978: 28).

Espectáculo y Simulacro. Conclusiones

Smart Home. Obra de Marco Melgrati. Vigilancia. Panópticos. Socieda del espectáculo.
Smart Home. Obra de Marco Melgrati. Instagram: m_melgrati

Tras el amplio repaso hecho en Cultugrafía sobre espectáculo y simulacro, podemos concluir que la evolución del ser alienado de la sociedad posmoderna se ha visto agudizada todavía más por todos los hiper de la sociedad hipermoderna. Madrugar y trabajar para vivir y derrochar, para tener una televisión enorme y actualizada, para comprarnos el coche que nos gusta, llevar ropa de marca, escapar de la cotidianeidad y salir a cenar, al cine, un concierto o hacer ese maravilloso viaje a París.

Démonos cuenta de cómo, en alrededor de unos rapidísimos quince años, y acentuado ahora todavía más por la era covid, hemos de añadir a la lista del consumo desenfrenado unas cuantas cosas más. Comprar compulsivamente en Amazon; añadir a los costes fijos de la economía doméstica las cuotas de Netflix, Movistar +, HBO, Prime Video o Disney +; participar en Facebook, Instagram o Twitter para que nadie se olvide de nosotros; y desde luego, además de la correspondiente smarttv, meter en casa a Alexa, enchufes inteligentes, un robot aspirador y todas las comodidades que el catálogo de Amazon o cualquier otra multinacional nos ofrezca.

Vivimos la sociedad de consumo elevada a cotas nunca antes vistas, el espectáculo extendido tanto a las antiguas como a las nuevas representaciones y el simulacro asimilado como la zona de confort desde la que experimentamos sin realmente experimentar.

Smartphone, el producto estrella de nuestra era

Smartphone Addiction. Obra de Marco Melgrati. Teoría del simulacro.
Smartphone Addiction. Obra de Marco Melgrati. Instagram: m_melgrati

A modo de clausura, no podemos olvidarnos del órgano más importante, nuestro otro cerebro: el smartphone. Marshall McLuhan tenía mucha razón al decir que los medios de comunicación son extensiones de nuestros órganos y sentidos.

Con nuestro smartphone hacemos todo lo referente a nuestras redes sociales, nos sirve para fotografiar, hablar, wasapear, es nuestra agenda y nuestro despertador, en él podemos navegar, leer, escuchar música con Spotify, ver vídeos en Youtube o jugar a videojuegos entre otras tantísimas cosas. No es de extrañar que entremos en pánico si se nos pierde. Y es que es nuestra puerta de enlace a todo, gracias a él vemos y somos vistos, escuchamos y nos escuchan, localizamos y nos localizan… Qué poderosísima herramienta que intensifica nuestros sentidos y nos mantiene conectados. Pero con la que debemos tener cuidado, pues el peligro que esconde si es usada irresponsablemente no tendrá punto de comparación con el peligro que escondían los medios de comunicación de masas de los que tanto advirtieron Adorno y Horkheimer.

Artículos de la serie ESPECTÁCULO Y SIMULACRO:

Bibliografía: