Where is your identity. Arte de internet. Autor sin identificar. Identidad. Selfie. Multiples caras. Ervin Goffman. Selfies
Where is your identity. Arte de internet. Autor sin identificar.

Selfies y múltiples caras. El usar y tirar de nosotros mismos

Toca hablar de la teoría de la acción social de Ervin Goffman, el cual, analiza la interacción comunicativa a partir del esquema de la dramaturgia. ¿Y qué tiene que ver esto con los selfies? Pues bien, si seguís leyendo, os daréis cuenta de que mucho. Solo tenemos que imaginarnos a nosotros mismos como actores dentro de un escenario y con un determinado rol. Al fin y al cabo, es lo que hacemos cuando nos ponemos delante de la cámara.

Es curioso reflexionar acerca de la relevancia que tendría hoy algo desarrollado por un sociólogo de la década de los sesenta. Será que el ser humano siempre tuvo múltiples caras: la que da a conocer, la que muestra en la intimidad o la que se queda para sí mismo.

“En el mundo de la conectividad permanente y ubicua sólo parece darse un ejercicio permanente de visibilidad, de habitaciones con puertas entornadas. De ahí que, probablemente, hoy nos defina más lo poco que no mostramos que lo mucho que compartimos en abierto”.

(Martín Prada, 2018: 72).

Como parte de esas múltiples caras, Martín Prada nos ofrece otra posibilidad: la cara que nos define por lo que no mostramos.

Índice de contenidos:

Selfies. Necesitamos señalar nuestro estar en el mundo

La teoría de la acción social de Goffman se ha visto acentuada más que nunca por la hipervisibilidad venida de las nuevas poéticas de la conectividad; y es que nuestra irresponsable y atrofiada autoconsciencia nos exige dejar constancia, una vez tras otra, de nuestra existencia; como si no formáramos ya parte de suficientes bases de datos.

“Pero es en el ámbito de lo epistemológico donde el selfie introduce un cambio más sustancial, ya que trastoca el manido noema de la fotografía: ‘esto-ha-sido’, por un ‘yo-estaba-allí’. El selfie […] desplaza la certificación de un hecho por la certificación de nuestra presencia en ese hecho, por nuestra condición de testigos. […] No queremos tanto mostrar el mundo como señalar nuestro estar en el mundo”.

(Fontcuberta, 2016: 87).

La teoría de la acción social de Ervin Goffman

Blosson II (2017). Obra de Erik Thor Sandberg. Selfies. Teoría de la Acción Dramatúrgica.
Blosson II (2017). Obra de Erik Thor Sandberg. Instagram: @thor_shimmer

Goffman crea dos espacios de interacción social: regiones anteriores y posteriores, es decir, escenarios y bastidores. En los escenarios, el individuo desempeñará su rol bajo la premisa de estar siendo observado, donde mostraría lo que Goffman denominó la fachada, que es lo que mostramos en nuestras redes sociales. En bastidores, el sujeto permanece en su espacio de intimidad y se relaja con respecto al rol, algo que, aunque no tanto como la fachada, también es mostrado en las redes.

“No solo las conductas, sino también el contexto espacial y temporal en que éstas se desarrollan (la ‘fachada’) adquieren significado y, por tanto, ‘comunican’ o, en otros términos, constituyen y son objeto de intercambio simbólico”

(Aguado, 2004: 72).

Son esos significados venidos tanto de la vida pública como de la privada los que crean hoy las tendencias y los estereotipos sociales.

“En nuestra presencia online tenemos que ser, en cada momento, capaces de demostrarnos poseedores de una vida ‘propia’. […] En la red la vida sólo se hace ‘propia’ cuando ha quedado compartida, como si nada, en realidad, valiera la pena si no se comparte como imagen, si no asume esa dimensión distribuida y circulatoria que la hace objeto de expectación colectiva”.

(Martín Prada, 2018: 72).

Selfies, el usar y tirar de nosotros mismos

Annegret Soltau. Identidad. Redes Sociales.
Obra de Annegret Soltau. Instagram: @annegretsoltau

“El ‘síndrome consumista’ ha degradado a la duración y ha ascendido a la fugacidad. Ha situado el valor de la novedad por encima del de lo perdurable. […] Exalta la rapidez, el exceso y el desperdicio”.

(Bauman, 2005: 113).

La vida íntima, como cualquier otro producto de consumo, queda hipervisibilizada y por tanto banalizada hasta convertirse en líquida, como todo lo demás.

La inmediatez que nos otorga cualquier terminal de alta velocidad, la poca considerada ecología y renovación de la visualidad y el comprar tirar comprar adhiriéndose como característica hipermoderna a nuestro ser existencial nos pone a la altura de una lata de CocaCola o un telefilm.

Individuos totalmente homogeneizados. Basados en la corta y vacía experiencia de nuestra propia contemplación y la de los demás. Nos convertimos por tanto en un usar y tirar de nosotros mismos.

Educación en TIC. Evolución y adaptación tecnológica

En nuestra historia reciente y debido a la globalización, los avances en TIC afectan a todos si obviamos la brecha tecnológica. Además, van incorporándose progresivamente en aspectos tan importantes como el legislativo mientras ya se han comercializado, son de uso común y siguen a su vez desarrollándose. Obtenemos sinsentidos y meteduras de pata que violan los derechos fundamentales de los ciudadanos (recordemos la ley mordaza y el caso de César Strawberry).

Esto lleva a un cúmulo de experimentaciones, fracasos y suertes. Obtenemos que, sin haber terminado con ese ensayo/error del último avance y sumándole la inmediatez exigida por las multinacionales, aparezca otro nuevo avance y no nos haya dado tiempo a ser conscientes siquiera del uso que hacíamos del anterior.

Nos hallamos por tanto siempre inmersos en un proceso de testeo constante de formas de comunicación y sus derivadas tendencias. He aquí la necesidad de educar en el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, para intentar prevenir antes que curar.

Selfies. Comunicación y degradación del gusto

Los selfies son el resultado de una de esas derivadas tendencias. Algo que empezó como un acto documental o anecdótico pero que ha llegado a convertirse, en el mejor de los casos, en un acto comunicativo, y en el peor, en una moda que degrada el gusto y fomenta la oclocracia.

Es por ello imprescindible que seamos capaces de plantearnos el impacto que podría tener el desarrollo de la tecnología en la forma en que nos comunicamos o percibimos el mundo social que nos rodea.

Vemos por tanto necesario incidir en la importancia de la perspectiva crítica y el examen al que debemos someter a las tecnologías de la información y la comunicación. Como decían los teóricos de la escuela de Fráncfort: la auténtica comunicación es la crítica a la comunicación.

Selfies y arbitrariedad del signo

Obra de Philomena Famulok. Sin título. Selfies. Arbitrariedad del signo. Arte.
Obra de Philomena Famulok. Sin título.

Para poder comprender correctamente este apartado, os recomendamos nuestro artículo sobre lingüística y semiología, donde tenéis un resumen sobre los principales componentes del signo. Términos en los que hemos podido profundizar gracias a las obras: Elementos de semiología de Roland Barthes y Curso de Lingüística general de Ferdinand de Saussure.

En los selfies, la arbitrariedad del signo es muy elevada. Nosotros somos en nuestro significante de una manera, nos mostramos en nuestro significado de otra, y tendremos además otros tantísimos significados por la connotación y el proceso de decodificación de quien sea que nos mire a través de su pantalla.

Pero qué decepción ¿no? Y en un vago intento de ser situacionistas y poner el contrapunto a lo académico, resulta curioso que la arbitrariedad del signo sea tan alta en el arte elevado como en la expresión más extendida y zafia de la red.

Será que los que reflexionamos, ya sea Clement Greenberg sobre arte elevado o nosotros desde Cultugrafía sobre el selfie; seamos siempre los mismos. Será que quienes compartan sus selfies no tengan idea o ni se planteen nada sobre temáticas gafapásticas e irrelevantes como las que atañen a este artículo. Y será que la arbitrariedad del signo solo entienda de distinciones dependiendo de qué tema se trate.

Puede que al final, seamos los que vamos de listillos, quienes queramos distinguirnos desarrollando todo este tipo de teorías que no valen para nada. Pero siendo conscientes y teniendo en cuenta nuestras opciones. Preferiremos siempre demostrar algo pensando y escribiendo que acelerando con nuestro deportivo parados en un semáforo, compitiendo para ver quién bebe más o presumiendo de abdominales en Instagram.

Otros artículos sobre selfies:

Serie ESPECTÁCULO Y SIMULACRO:

  1. Debord y redes sociales. Sus augurios perduran hasta nuestros días. Espectáculo y simulacro, 1ª parte.
  2. Falso Dios, falsa ideología, falsa cultura. La hiperrealidad de Baudrillard. Espectáculo y simulacro, 2ª parte.
  3. La sociedad hipervisible, autorreferenciada y transmediática. Espectáculo y simulacro, 3ª parte.
  4. Determinismo tecnológico y mediamorfosis. Instagram, Trump y la falsedad de las cosas. Espectáculo y simulacro, 4ª parte.

Bibliografía:

AGUADO, J.M. (2004). Introducción a las Teorías de la Comunicación y la Información. Murcia, DM.

BARTHES, R. (1965). Elementos de semiología. Madrid: Alberto Editor Corazón.

BAUMAN, Z. (2018). Vida líquida. Barcelona: Paidós. Primera edición (2005).

FONTCUBERTA, J. (2016). La furia de las imágenes. Primera edición. Barcelona: Galaxia Guntenberg.

MARTÍN PRADA, J. (2018). El ver y las imágenes en el tiempo de internet. Madrid: Ediciones Akal.

SAUSSURE, F. (1945). Curso de Lingüística general. Buenos Aires: Editorial Losada. Primera edición (1916).