Los fusilamientos del 3 de mayo de Francisco de Goya en Blanco y Negro. Segunda parte del análisis historiográfico completo. Estilo y revolución.
Los fusilamientos del 3 de mayo de Francisco de Goya.

Goya, estilo y revolución. Análisis historiográfico completo (II)

Seguimos con el análisis historiográfico de los Fusilamientos del 3 de mayo (1814) de Francisco de Goya para centrarnos esta vez, en el amplio estilo que abarcó el artista, en la revolución que supuso en general su obra y para aproximarnos, ahora sí, al tipo de crítica y análisis que más nos interesa: el que habla de historia del pensamiento y movimientos sociales contemporáneos. La crítica que dará la importancia que merece a los momentos que quebraron una época y que dieron la bienvenida a otra.

Nuevo planeta (1921), de Konstantin Yuon. Arte y revolución.
Otro buen ejemplo es Nuevo planeta (1921), de Konstantin Yuon, que trata de representar el cambio hacia la nueva Rusia surgida tras la revolución.

Índice de contenidos:

El análisis artístico de Burckhardt. La importancia social y el contexto que rodeó a Goya

Burckhardt continuará con los planteamientos de Winckelmann y le dará valor al contexto que quedó insertado en la obra y que, por tanto, cuenta la vida y cultura de una sociedad.

Goya vivió una época de revoluciones y cambios. En América se dio la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, en Europa la Revolución Francesa y en España tuvimos la invasión napoleónica. Al margen de guerras y revoluciones sociales, además, ocurría la Revolución Industrial y el mundo se transformaba económicamente a la vez que todos estos factores fomentaban el individualismo y allanaban el terreno al sistema que estaría en el punto de mira de críticos y situacionistas, el capitalismo. Desde luego, son factores que no pueden advertirse con un simple visionado de la obra, necesitaríamos de los conocimientos históricos necesarios para afinar tanto, pero sí que podemos decir que todos esos sucesos históricos fueron fundamentales para que Los fusilamientos del 3 de mayo (1814) de Goya existiese.

Marx: la obra debe servir a un propósito social y no estético

La concepción marxista pretende explicar las causas externas que rodeaban la obra de arte, dejando de lado las tradicionales por estar condicionadas por intereses económicos o superficiales y estar por tanto ligadas al elitismo, individualismo o estética. La obra debe de ser desidealizada y debe servir a un propósito social, también desautonomizada y recobrar su función religiosa o política, funciones que los museos habían eliminado dando prioridad a la experiencia estética y a la mera contemplación.

Los fusilamientos del 3 de mayo. Todos los posibles análisis historiográficos. Crítica de arte
Los fusilamientos del 3 de mayo de Francisco de Goya (1814).

Es sencillo desautonomizar Los fusilamientos del 3 de mayo dada su evidente naturaleza política; y cumpliendo los deseos marxistas, ocurre lo mismo con su desidealización, ya que nació con pretensiones de calado social. Goya procuró plasmar el nacionalismo que comenzaba a emerger entre los liberales españoles debido a la invasión napoleónica. Aunque el concepto nación no había sido asimilado todavía en toda España ya que los campesinos seguían apoyando a Fernando VII.

El cuadro muestra a soldados franceses como enemigos, aunque a la vez son envidiados por los españoles por su política liberal. Al final, la idea principal que Goya intentó transmitir fue el sentimiento y deseo de los liberales españoles de ser parte de una nación unida, donde las costumbres, la lengua o la historia fueran comunes.

Contexto y perspectiva histórica. Nacionalismo jacobino vs nacionalismo esencialista

A partir del siglo XVIII surgen nuevas formas políticas fundadas en la soberanía del pueblo por derecho natural. El hecho de que la burguesía vote da lugar a la forma política conocida como estado. Durante la Revolución Francesa, los jacobinos produjeron un discurso nacionalista que se basaba en la creación de un estado que formara a la nación a partir del propio estado. Esta concepción tendrá mayor importancia en países como Francia o Inglaterra, pues es ahí donde existe una fuerte estructura burguesa que se vuelve más importante cuando los bienes comunales del Antiguo Régimen se privatizan. Son estos burgueses los que compran las tierras para trabajarlas. Es en este momento cuando se crea una clase media agraria que apoyará al estado y participará en los procesos políticos.

Sin embargo, en España y en otros países periféricos no se pudo dar esta evolución debido a la débil y escasa estructura burguesa del país. Al privatizar los bienes comunales no pudo surgir la misma clase media agraria tal y como ocurrió en países como Francia e Inglaterra. Por tanto, en contra de la idea de estado de los jacobinos y potenciado por las invasiones napoleónicas, surge otro tipo de sentimiento nacionalista que parte de la idea de que la nación es natural a sí misma por su mera historia y existencia: rasgos comunes, cultura, costumbres, lengua e incluso caracteres biológicos semejantes.

La muerte de Marat (1793), de Jacques Louis David. Jean-Paul Marat, uno de los líderes revolucionarios y fundador del periódico radical El amigo del pueblo, estuvo ligado a la facción jacobina durante el reinado del Terror.

La diferencia entre el nacionalismo jacobino y el esencialista trata sobre la voluntad, ya que si formas parte de la nación tienes derechos y obligaciones que cumplir para ese estado, quieras o no. El esencialista determina la creación del estado a partir de la nación y todas esas características comunes del pueblo, y la única función que tiene es la de defender al pueblo que ya forma parte de su nación por su propia esencia. Es por eso que Los fusilamientos del 3 de mayo de Goya fue posible, porque simboliza la creación de esa nación natural. Los españoles no deciden si forman o no parte del Estado, pues por el simple hecho de compartir esos rasgos comunes están de alguna forma obligados a defender su país de un invasor extranjero que no comparte ni respeta la esencia de la nación.

El estilo de Francisco de Goya

Goya tenía un estilo muy particular, con una pincelada suelta -puede que, a fin de cuentas, la mímesis no fuera para él lo más importante- no obstante, su capacidad creativa, innovadora o -más que todo eso- su espíritu experimental lo llevó a usar todo tipo de técnicas: pinceles, espátula o brocha. Es evidente que el artista dominaba la técnica, y que sus obras son más que reconocibles, pero es en el significado y no en la forma -a pesar de la insistencia por parte de positivistas y formalistas- la causa por la que Goya protagoniza este estudio sobre el análisis de una obra de arte desde todas las perspectivas historiográficas. 

Por si no bastara con Los fusilamientos del 3 de mayo, mencionaremos, (sin incluir todavía a la Escuela de Frankfurt), algunos detalles de la producción y estilo de Goya que supusieron una ruptura con la habitual forma de proceder de los artistas. Algo que nos acerca a una zona de peligro, eso sí, para convencionalismos y el sistema establecido, pues es el espíritu reivindicativo del artista lo que más nos interesa para acercarnos al Situacionismo y su movimiento artístico: el détournement.

La visión particular del artista

La familia de Carlos IV (1800), de Francisco de Goya.
La familia de Carlos IV (1800), de Francisco de Goya.

La manera en que retrataba es uno de esos detalles, pues plasmaba la psicología de sus personajes con mucha sutileza y sin llamar la atención, casi como si quisiera lanzar un mensaje escondido para los más avispados. Incluso con los monarcas; se mantiene realista y los retrata tal cual son, sin hacer nada por embellecerlos o idealizarlos, como con La familia de Carlos IV. Goya retrata a la monarquía como la ve: la reina altiva y dominante, el rey poco agraciado y carente de fuerza y el infante más de lo mismo. Goya -igual que Velázquez hiciera con Las meninas (1656)- se retrata a sí mismo y nos mira desde atrás como diciéndonos algo: “Vaya familia de paletos”. Al margen de bromas, es algo que nunca nadie sabrá, aunque como ejercicio para interpretar una obra no estaría mal, sobre todo tras la llegada del posestructuralismo y la nueva mirada que aportaría Roland Barthes con La muerte del autor (1967) y que también trataremos más adelante.

La maja desnuda (1800), de Francisco de Goya. Goya, estilo y revolución.
La maja desnuda (1800), de Francisco de Goya.

Como parte de esa ruptura, en cuanto al estilo e inconformismo de Goya, cabe mencionar también La maja desnuda (1800), un cuadro en el que podemos ver por primera vez a una mujer desnuda que no hace ninguna referencia a la mitología, (ni una Venus, ni una Eva), la excusa recurrente hasta entonces para pintar desnudos. Una mujer desnuda real que mira al espectador. O también obras como Saturno devorando a su hijo (1823), realizada en la Quinta del Sordo. Una obra violenta, que representa mucha angustia, con una paleta mínima y en la que, a pesar de haber una gran intensidad expresiva, vemos horror y fealdad. Estamos ante el Expresionismo un siglo antes de que se diera, y ante la revolución concentrada en un único artista.

Saturno devorando a su hijo, de Francisco de Goya. Pinturas negras.
Saturno devorando a su Hijo (1819-1823), de Francisco de Goya.

Goya, revolución estética y social

Goya era un adelantado a su tiempo. Como si estuviéramos ante uno de esos elegidos que hacen cambiar el rumbo de la historia -al final tendremos que darle la razón a Vasari-. Lo fue tanto en lo referido a sus formas y significantes (estilo de Goya), como en la influencia que tendría con sus significados (revolución social). Pionero en retratar la realidad a través del uso pictórico como después harían Rosellini o De Sica a través del cine durante el Neorrealismo Italiano de mediados del siglo XX. Como si las guerras y posguerras dieran a los artistas la necesidad de expresar la crudeza de sus consecuencias (vaya, terminamos así con la corriente positivista).

Masacre en Corea (1951), de Pablo Picasso. La obra, inspirada en Los fusilamientos del 3 de mayo de Goya, denuncia los excesos de los Estados Unidos durante la guerra de Corea.
Masacre en Corea (1951), de Pablo Picasso. La obra, inspirada en Los fusilamientos del 3 de mayo de Goya, denuncia los excesos de los Estados Unidos durante la guerra de Corea.

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