Lazzaro en medio de una carretera. Fotograma de Lazzaro Felice, de Alice Rohrwacher, una alegoría anticapitalista

Lazzaro Felice de Alice Rohrwacher, una alegoría anticapitalista

Si conocemos el neorrealismo italiano, podríamos creer que Lazzaro Felice (2018) vuelve a tratar temas como la pobreza y la esclavitud desde, de nuevo, un punto de vista emotivo y de denuncia. Sin embargo, la cineasta italiana Alice Rohrwacher con su tercer largometraje va mucho más allá y convierte el filme en todo un festín de emociones: una fábula donde se pretende reflejar la bondad y la maldad del ser humano, tratando temas como la religión y los sistemas capitalista y feudal.

Lazzaro Felice, una fábula neorrealista con toques de Pasolini

Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Lazzaro como un personaje marginado, recogiendo basura. Crítica cinematográfica
Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Lazzaro como un personaje marginado, recogiendo basura.

Tras los destrozos de la Segunda Guerra Mundial, con una población sumida en una enorme crisis social, surge este movimiento cinematográfico de la mano de directores como Fellini o Pasolini. Este nuevo cine trabaja únicamente con iluminación natural, cuenta con espacios al aire libre, con cámara en mano, actores no profesionales, una producción precaria y prima la improvisación por encima del guion.

Sin embargo, lo más importante del neorrealismo italiano es que supone un cambio radical con el cine anterior, sobre todo en las temáticas. Mientras que antes se realizaban filmes históricos o de propaganda fascista, los neorrealistas crean películas cotidianas. Ahora el pueblo se ve reflejado en la pantalla y se percibe el tono crítico de los cineastas, que creen que se pueden cambiar las cosas a través del cine.

Lazzaro Felice (2018) cuenta casi en su totalidad con localizaciones abiertas, como el campo, y tiene un uso espectacular de la iluminación natural. Además, el filme se centra en una cotidianeidad que se termina universalizando a través de metáforas para indagar en temas tan profundos como la religión, el materialismo o la pobreza. Es así cómo se puede relacionar con el famoso cineasta Pier Paolo Pasolini, que centraba su mirada en personajes marginados.

Cartel de la película En El evangelio según San Mateo (1964), el director Pier Paolo Pasolini daba su particular visión de la vida de Jesucristo, fuera de la perspectiva habitual. En su momento, fue vista como una declaración católico-marxista. Crítica y difusión del cine y la cultura. Cultugrafía
En El evangelio según San Mateo (1964), el director Pier Paolo Pasolini daba su particular visión de la vida de Jesucristo, fuera de la perspectiva habitual. En su momento, fue vista como una declaración católico-marxista.

Por otro lado, Pasolini, con El Evangelio según San Mateo (1964), cuenta con el actor no profesional Enrique Irazoqui como protagonista, y también en Lazzaro Felice encontramos a un Adriano Tardiolo sin experiencia actoral previa para encarnar el papel protagonista del filme.

No obstante, la película consigue su lazo más estrecho con Pasolini cuando se compara con el cortometraje La terra vista dalla luna (1967), en el que una mujer fallecida reaparece, causando pavor en los demás personajes para terminar siendo su fuente de tranquilidad y bienestar, pues terminan aprovechando sus dotes de cuidados. Lo mismo ocurre con Lazzaro, primero rechazado y despreciado, hasta convertirse en un milagro para sus conocidos, que lo explotan en búsqueda de su propio beneficio.

Un retrato de las sociedades esclavistas y corruptas

Después de Le meraviglie (2014), ganador del Gran Premio del Festival de Cannes de ese año, nace Lazzaro Felice, que rebosa actualidad y a la vez pareciera de otra época, ya que se centra en un pequeño feudo italiano, La Inviolata, en pleno siglo XX, en el que los trabajadores son explotados por su dueña y señora la Marquesa de Luna.

Se pretende, así, mostrar un contraste de realidades, pues, en un país europeo, vemos cómo un enorme grupo de personas viven bajo la esclavitud y, años después, nos encontramos con la misma explotación laboral, en esta ocasión, con personas de distintas etnias, que consiguen trabajo al “peor” postor, ya que van bajando su salario con cada apuesta.

Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Lazzaro y otros trabajadores descansando. Cultugrafía, difusión y crítica cultural. Comparando la película con el cine de Pier Paolo Pasolini
Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Lazzaro y otros trabajadores descansando.

Esta escena deja un sabor amargo, ya que parece surrealista que los trabajadores deban bajar sus sueldos para conseguir un puesto de trabajo. Sin embargo, aunque no de forma tan evidente y frívola, realmente es lo que sucede en la cotidianeidad de cualquier persona, incluso de una que no se encuentre en un ambiente empobrecido.

Esto es, por ejemplo, una de las preguntas más vistas en las entrevistas de trabajo: “¿cuál es tu expectativa salarial?”. Las generaciones de jóvenes que recién han salido al mercado laboral se topan con esta cuestión, anonadados sin saber muy bien qué responder. Porque, efectivamente, no se trata más que de un cribado mezquino, para escoger al trabajador que más dispuesto esté a pisotear sus propios derechos laborales.

“Si quieres vivir feliz, no te importe que te crean tonto” (Séneca)

A través de un formato redondeado y rodada en Super 16mm, Rohrwacher introduce en un entorno costumbrista el realismo mágico, gracias a diversas situaciones y, a veces, detalles, que hacen de la diégesis toda una epopeya, que gira en torno al personaje de Lazzaro. Un ejemplo de ello es el constante uso del viento: los trabajadores de La Inviolata soplan para provocar viento y mover el cabello del hijo de la Marquesa, considerado un extraño indeseable, para molestarlo.

Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Trabajadores de La Inviolata.
Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Trabajadores de La Inviolata.

Lazzaro, sin embargo, parece ser feliz trabajando en los campos a pesar de formar parte de toda una red de deudas que mantiene a todos ellos en una situación esclavizante. Además, nunca es capaz de escapar de sus obligaciones, ya que representa una constante ingenuidad y bondad, es por ello que muchos personajes lo tratan como si fuera tonto. Tanto es así, que Lazzaro traba una rara amistad con el hijo de la Marquesa, Tancredi, un personaje absolutamente estereotipado, ya que se trata de un chico mimado y caprichoso, que utiliza a Lazzaro como le viene en gana.

Lazzaro junto a Tancredi, el hijo de la Marquesa. Cine, películas, críticas de cine
Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Lazzaro junto a Tancredi, el hijo de la Marquesa.

Lazzaro, el rostro de un milagro

Lo curioso del análisis de Lazzaro Felice, es que, a pesar del neorrealismo evidente por su visión crítica y social, advertimos que los elementos mágicos se normalizan por parte de los personajes. Vemos esto en el momento en que la música de una iglesia abandona este lugar, para seguir siendo escuchada por los personajes que van por la calle. El gran ejemplo es la vuelta de Lazzaro, tras su resurrección, que es el punto de inflexión del filme que separa la primera parte de la segunda, sobre todo el reencuentro con Antonia, que se arrodilla ante él.

Esto, por supuesto, hace referencia al realismo mágico de nuevo (como se ha mencionado con anterioridad), movimiento que nace en el siglo XX y que basa su estilo en convertir elementos irreales en cotidianos. Es por ello que se puede observar cómo la directora mezcla, de una forma sorprendente, dos movimientos tan opuestos en un filme que no deja indiferente.

Antonia arrodillándose ante Lazzaro resucitado. Cine y difusión de la cultura en Cultugrafía
Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Antonia arrodillándose ante Lazzaro resucitado.

El mito bíblico de Lázaro: Levántate y anda

Por otro lado, el protagonista encarna la bondad del ser humano y refleja todo aquello que anteriormente el filósofo Rousseau defendía: el hombre es bueno por naturaleza, es la sociedad quien lo corrompe. De esta forma, Lazzaro, explotado doblemente por sus compañeros de trabajo y siempre atendiendo a todo con una sonrisa, conforma, al principio, una figura de honestidad y docilidad, y, después, un milagro, una santidad. Tras 20 años y con la misma apariencia, el personaje se reencuentra con los suyos en una sociedad desconocida para él.

Así, entra en juego la simbología de Lazzaro Felice. Por una parte, se hace referencia al mito bíblico de Lázaro, el hombre al que Jesús resucitó, y vemos cómo el personaje mira hacia el cielo tras despertar, e incluso una de sus primeras frases va dirigida a la Luna, mostrando desde un primer momento que Lazzaro va a estar relacionado de alguna forma con la espiritualidad.

Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Lazzaro mira al cielo, y forma la silueta de un lobo con su mano. Análisis y crítica cinematográfica
Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. Lazzaro mira al cielo, y forma la silueta de un lobo con su mano.

“El hombre es un lobo para el hombre”

Por otra parte, hay una clara intención en la relación entre Lazzaro y el lobo de la aldea, a quien todos temen. El animal simboliza, por un lado, la civilización romana y corresponde también a una santidad si lo relacionamos con el mito bíblico, ya que es él quien lo despierta de su largo sueño. Además, el lobo se convierte en una metáfora de la naturaleza, compañera inseparable de Lazzaro, que reniega de la sociedad moderna. De igual modo, alude a la idea de Hobbes de “el hombre es un lobo para el hombre”.

Esta frase apunta al entorno de Lazzaro, tanto en la primera como en la segunda parte del filme, donde vemos el egoísmo y la maldad de los personajes, que lo explotan y ningunean. Es por ello que se muestra cómo se legitima la maldad de la sociedad y no de la naturaleza, ya que fue resucitado tras caer del barranco para convertirse en un “fantasma”. Así se hace hincapié de nuevo en la idea de Rousseau, mostrando, además, cómo, a pesar del paso de una situación extremadamente precaria, de pobreza y explotación, la civilización y el progreso no ha mejorado las condiciones de los personajes.

Como dijo el filósofo Cicerón, “los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla”, lo que pone de manifiesto la importancia de estudiar el pasado para comprender el presente, no repetir los mismos errores y poder cultivar un futuro mejor. De esta manera, la alegoría de Lazzaro Felice muestra la inocencia perdida que queda estancada en el espacio-tiempo para exponer que el pasado debe ser rescatado por el presente para entenderlo, aceptarlo y que no caiga en el olvido.

Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. El lobo como una alegoría de la naturaleza y lo espiritual en la ciudad.
Fotograma de Lazzaro Felice (2018) de Alice Rohrwacher. El lobo como una alegoría de la naturaleza y lo espiritual en la ciudad.

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