- El campo de la novela en el Caribe Colombiano después de la literatura del boom
- García Márquez y el polo heterónomo de la novela del Caribe colombiano.
- El polo autónomo de la novela del Caribe Colombiano: Rojas Herazo y Cepeda Samudio.
- Respirando el verano de Rojas Herazo, la revolución de la literatura y la novela colombiana.
- Germán Espinosa, Zapata Olivella y Burgos Cantor crean su propio espacio-tiempo de carácter reconstructivo.
- Germán Espinosa se distancia del resto en su lucha por el capital simbólico.
El campo de la novela en el Caribe Colombiano después de la literatura del boom
Excelente crítica literaria publicada en la Revista de Lingüística y Literatura de la Universidad de Antioquia (Abril de 2022) y realizada por el profesor Luís Fernando López Noriega. Dedicada a la producción del género novela en el Caribe colombiano desde la perspectiva teórica de destacados autores como Pierre Bourdieu, Mijail Bajtín, Émile Benveniste, entre otros.

Los conceptos campo, habitus, capital simbólico, entre otros, creados por Bourdieu, permiten entender el posicionamiento de Gabriel García Márquez en el centro del campo de producción de la novela en esta región geográfica de nuestro país; posición que aún mantiene su vigencia, gracias a “los reconocimientos como Premio Nobel de Literatura en 1982 y del capital simbólico acumulado, lo cual lo convierte en la norma canónica en materia de enseñanza de las literaturas regionales, específicamente en la literatura del Caribe colombiano” (López Noriega, 2022).
García Márquez y el polo heterónomo de la novela del Caribe colombiano
Apoyado en las ideas de Mijail Bajtín, explica el autor cómo García Márquez impone un estilo de escritura, una forma composicional mediante el moldeamiento del material verbal, que expresa la forma arquitectónica o experiencia estética en relación con un tema o referente, en torno del cual actúa un sistema de personajes caracterizados psicológica y socialmente, en unos espacios y tiempos igualmente característicos, que constituyen lo que Bajtín denomina cronotopo u organización del espacio-tiempo, que conlleva unas marcas ideológicas e históricas o visión de mundo.

Según López Noriega, García Márquez, como representante del polo heterónomo, “impone unas condiciones de escritura y también de lectura propias de las novelas decimonónicas, un sistema de valores que evalúa la realidad del Caribe colombiano. Pero no solamente es eso, también se tiene la hegemonía sobre la palabra en la literatura: así se escribe y si se quiere entrar en este juego, se deben escribir las novelas de esta manera y no de otra” (2022). Esto se traduce en un poder artístico y político.
El polo autónomo de la novela del Caribe Colombiano: Rojas Herazo y Cepeda Samudio
En el polo opuesto, autónomo, según López Noriega, se encuentran Héctor Rojas Herazo y Álvaro Cepeda Samudio, en tanto determinan una forma particular de organizar los espacios y tiempos de la casa como espacio cerrado; asimismo, la manera de organizar el material verbal; pues se pasa de la narración en tercera persona al monólogo, lo que implica una ruptura de carácter ideológico, una toma de posición en el campo, una posición central, opuesta a la posición central heterónoma ocupada por García Márquez.

Rojas Herazo y Cepeda Samudio ganan dicho espacio central gracias al capital simbólico acumulado por sus producciones artísticas y los reconocimientos de que han sido objeto. Rojas Herazo, además de escritor del género novela, es poeta y pintor.
El discurso monológico se focaliza en la preocupación por el Ser como ente universal, atrapado en el existencialismo, tendencia filosófico-psicológica de la que participa el hombre caribeño, invadido de las mismas preocupaciones y angustias de cualquier hombre sobre la existencia.
Respirando el verano de Rojas Herazo, la revolución de la literatura y la novela colombiana
Esta posición del polo autónomo se refleja también en la organización del espacio-tiempo, es un cronotopo constituido por un espacio cerrado (el patio), como ocurre en Respirando el verano de Rojas Herazo; el patio es el centro del mundo, que se espacializa en toda la novela (espacialización psicológica).

Los espacios cerrados idealizados en la casa, según Gastón Bachelar, representan el vientre materno. Apunta, además, López Noriega, que la casa como objeto simbólico, como lugar agradable, es el útero procreador de comportamientos humanos y de la palabra. Esta visión de mundo, afirma el autor, establece unas reglas de creación estética diferentes de las determinadas por García Márquez.
En Rojas Herazo, el yo organiza el espacio. “La visión narrativa se espacializa en función del personaje femenino (Celia). La casa es Celia y su mirada es fundamental en el largo monólogo final que rompe con la forma tradicional de la narración en tercera persona» (López Noriega, 2022). Por tanto, y tal y como apunta en su crítica López Noriega, según Émile Benveniste:
Hace de un personaje más que una persona, como una forma de ultraje que puede aniquilarlo en tanto que persona.
(Benveniste, Problemas de lingüística general, 1971: 176).
Respirando el verano, siguiendo a López Noriega, revolucionó el campo de la literatura y la novela colombiana y las visiones sobre la realidad del Caribe colombiano, por el tratamiento y la manera de construir el espacio ficcional, a partir de un punto de vista altamente distanciado de un realismo costumbrista. Según nuestro autor, apoyado en García Usta (2003, Vigilia de las lámparas. Rojas Herazo obra periodística 1940-1970), en la novela del autor tulueño se expresa un imaginario personal, nutrido de visiones filosóficas como el existencialismo, de corrientes literarias como el surrealismo y del magma hedonístico de la experiencia vital del hombre costeño.
Germán Espinosa, Zapata Olivella y Burgos Cantor crean su propio espacio-tiempo de carácter reconstructivo
En relación con Germán Espinosa, Manuel Zapata Olivella y Roberto Burgos Cantor, estos autores rompen con las fronteras entre los polos autónomo y heterónomo, para dar origen a su propio territorio, su propio espacio-tiempo, “dan origen a un campo que busca crear un espacio-tiempo de carácter reconstructivo” (López Noriega, 2022).

Esta visión se constituye en la tesis doctoral de López Noriega. Zapata Olivella desde una visión afro, mítico-histórica, Roberto Burgos Cantor, desde una visión de mundo de reconstrucción territorial, visión expresada en La ceiba de la memoria; Germán Espinosa tiene una visión igualmente reconstructiva, organiza el espacio desde un tiempo que rompe con la linealidad de una cronología de la historia que se cuenta:
“Y en ese sentido, el foco de la narración está dirigido específicamente a destituir, a desenmascarar a cualquier sujeto que figure en los documentos de la historiografía oficial como autoridad legal”
(López Noriega, 2022).
Germán Espinosa se distancia del resto en su lucha por el capital simbólico
En cuanto a la forma composicional, se manifiesta una clara oposición en el campo novelístico colombiano, a la más importante figura que domina el poder territorial simbólico, y que regula la entrada al juego del capital simbólico y el reconocimiento que lo respalda.

En la organización del material verbal específico en Los cortejos del diablo, Germán Espinosa muestra cuál es su posición de naturaleza estética en lo relacionado con la regla de escritura dominante (impuesta por García Márquez) en el campo de la novela y, de manera particular, en la escritura de novelas históricas en Colombia. Esto es una puesta en forma de, en palabras de López Noriega, una evaluación ideológica distinta al interior del campo de producción cultural de los espacios y tiempos (territorios) del Caribe colombiano. Es un reconocimiento del otro Caribe invisibilizado por el discurso histórico y literario oficial.
En esta instancia, conviene precisar que, aunque estos tres autores confluyen en su visión de reconstrucción territorial, German Espinosa se distancia de Zapata Olivella y de Burgos Cantor, según nuestro autor, al entrar en la lucha por el capital simbólico; pues, la actualización de su habitus o recorrido social y biográfico se define por su profundo conocimiento del acervo cultural medieval empírico.

Invito a leer este interesante artículo del doctor en Letras, Luis Fernando López Noriega, como ejemplo paradigmático para encarar la crítica literaria, en la que se examinan los aspectos propiamente artístico-literarios, pero en su estrecha relación con los factores sociales, históricos y culturales que configuran las condiciones de producción del campo literario, en este caso, del género novela.
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