Teatro. El mesina Jazz Club, abre sus puertas. Antonio Saura
El Mesina Jazz Club, abre sus puertas.

El Messina Jazz Club abre sus puertas | Hablamos con Antonio Saura

Alquibla Teatro  abrió de nuevo las puertas de “El Messina jazz Club” para deleitarnos con el enredo, la comedia y el teatro por derecho. Antonio Saura dirige una versión atrevida y arriesgada, donde la algarabía, el divertimento, el baile y la música en directo, forman un todo indispensable en el montaje. Aunque sin perder un ápice de la veracidad de los temas que William  Shakespeare tratará con en su comedia, Mucho ruido y pocas nueces, (1623); el amor y sus quehaceres.

“Shakespeare contiene a Brecht, Beckett y Artaud, por tanto a todo el teatro contemporáneo, y nos ha enseñado a entender la naturaleza humana….”     

Antonio Saura
Hero y Claudio. Reseña Teatral. Antonio Saura y su Mesina Jazz Club.
Hero y Claudio.

Una obra coral, en la que los personajes se nutren entre si y se necesitan unos a otros para sobrevivir al largo lazo de Cupido. Engaños, chismes, faltas al honor, pasión y mariposillas revoloteando por el aire, hacen que la pieza, empapada a ritmo de lindy hop, nos mantenga durante dos horas envueltos en el fascinante universo shakesperiano, pero en un local de copas neoyorquino de finales de los años treinta, donde la vida es una fiesta que dura hasta el amanecer.

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Shakespeare a ritmo de Lindy Hop. La versión

“De-construir” a los clásicos para volver a construirlos y hacerlos más cotidianos, fácil, fácil no es. Sobre todo si hablamos de una obra como ésta,  que es estandarte universal de las  artes  escénicas.  Alba Saura Clares, a cargo de la dramaturgia, ha hecho un profundo estudio de la pieza, para que su  atrevida y divertida versión en el Messina jazz Club no nos parezca una cosa de locos. Porque ha llevado el vertiginoso ritmo de esta comedia a un local de copas, en el que las mundanidades del hombre se entremezclan a  ritmos de swing. El deseo, el amor,  los celos, los miedos, el honor… forman, en medio de este sarao, una partitura bien hilada.

Bares qué lugares. En el Mesina jazz Club. Reseña Teatral en Cultugrafía. Crítica y difusión Cultural.
Bares qué lugares.

Pero, sin embargo, no parece que sea  algo que pudiera estar impuesto para marcar la diferencia de esta obra tan conocida y representada. Si no, que más bien, nos sabe a fresco, a espontáneo y natural. Su idea se adapta perfectamente al argumento y el argumento amalgama perfectamente con su idea. Dándonos la impresión, si no se conoce la obra, de que estuviese escrita así desde siempre. No echando en falta para nada la respetada pomposidad del icónico teatro isabelino.

Dirección y puesta en escena

Bajo la batuta de Antonio Saura, director de la obra, la compañía vuelve a Shakespeare, porque como bien nos dice: “Con él, surge el conflicto humano, que no es otra cosa que nuestros anhelos y los obstáculos que encontramos en el camino, fuera y dentro de nosotros…”. Y para ello han creando todo un engranaje escénico de gran envergadura, donde poder acoplar todos esos anhelos y conflictos que surgen en la pieza y que representan, como comenta Antonio, a la condición humana. Y hoy día, y desde siempre, (perdónenme la reflexión) donde mejor representada se ve nuestra humanidad y nuestra sociedad, es en los «bares».

Bares qué lugares. Actores bailando en la representación teatral de Alquibla Teatro. Dirigida por Antonio Saura.
Bares qué lugares.

Lugares de encuentro, de conflicto, de reflexión, de contacto y en muchas ocasiones de creación. ¡Benditos sean los bares! Por eso y para que la obra nos  sea más cercana,  nos la enmarcan  en un ambiente más cotidiano, más festivo, en el que todos de alguna manera podemos sentirnos identificados en él; en los personajes que lo contienen y en al menos en algunas de las situaciones que se suceden. Un lugar para la  fiesta, corrompido por el amor y el deseo, pero  arropado bajo el hermoso manto de la música en directo. Como en los mejores bares.

El reparto de Mucho ruido about nothing

Y para poder ir de “bares”,  siempre es mejor hacerlo en buena compañía. Por eso este montaje cuenta con un reparto de lujo. Un equipo intergeneracional y heterogéneo, que conecta a la perfección entre sí y sabe adaptarse milimétricamente a las necesidades de la puesta en escena. Todos ellos actrices y actores consolidados y queridos del teatro murciano y por supuesto compañeros de la misma raíz.  Que saben compaginar la maestría del verso y la comedia, con el baile incontenible del lindy hop. El reparto lo componen: Cristina Aniorte, Javi Mula, Nadia Clavel, Alberto García, Julio Navarro, Esperanza Clares, Lola Martínez y Pedro Santomera.

No hay que olvidar a la banda The Coconuths, cuyos acordes  ponen el broche a la obra, nos sirven de transición, nos posicionan en la escena y forman parte de la escenografía. La componen: Ángel Girón, Pepe Pérez, Álvaro Imperial, Antonio Peñalver y Alberto Garrido. Y por supuesto,  su cantante,  maestro ceremonias y gran showman Coco Carmona, encargado de manipular los conflictos y los deseos de estos personajes.

Todos ellos y ellas forman un todo indivisible para que podamos empaparnos y disfrutar de esta divertida, y no menos original, adaptación.

La compañía: Alquibla Teatro

   “Treinta y ocho años de Alquibla teatro,  son un acto de amor, pasión y resiliencia”.

Antonio Saura, director de la compañía.
En un Café de la Unión. Tartufo 1984. Crítica teatral
En un Café de la Unión. Tartufo 1984.

La producción corre a cargo de la compañía murciana Alquibla Teatro, cuya trayectoria y recorrido durante treinta y ocho años hablan por sí solos. Desde que en el año 1984, Esperanza Clares y Antonio Saura, la pareja más consolidada del panorama escénico murciano, se liaran la manta a la cabeza y se lanzaran en la aventura de crear sus propias producciones. La compañía  ha ido realizando, año tras año, un trabajo titánico y apasionante, para ir mejorando y creciendo en cada montaje, hasta convertirse en lo que son hoy día; una marca, un sello de calidad y un referente teatral donde los haya. Porque en su trayectoria podemos encontrar espectáculos de todo tipo y para todos los gustos; dramas, comedias, infantiles…Pasando de “Esperando a Godot”, a “Bodas de Sangre” o  del “Sueño de una noche de verano” a la “Orestíada”. Quien no conoce a esta compañía, es que no va al teatro, o al menos no lo ha hecho en los últimos treinta y ocho años.

Orestíada. Las cenizas de Troya. Cartel 2006. Reseña teatral. Difusión cultural.
Orestiada. Las cenizas de Troya. 2006.

Aunque estos treinta y ocho años no serían posible sin el equipo artístico y humano que Alquibla teatro  siempre lleva detrás. Que con su talento, hacen que cada producción sea un éxito. Y a la vista está.

Hablamos con Antonio Saura

Hablamos con Antonio Saura a propósito de los treinta y ocho años de Alquibla, quien afirma: “Suponen para mí; mi vida, mi pasión y mi forma de ver y entender el mundo.” Desde aquí le agradecemos su tiempo y su generosidad. 

¿Cómo se mantiene la pasión durante estos años?

Antonio Saura:

La pasión teatral surge de una necesidad que es estética, ética, vital, y que tiene correlación con nuestra biografía, con nuestra visión del mundo y de las cosas. Que va mucho más allá de lo que nos preocupa, para situarse en el altar de lo que nos compromete. La necesidad es una cuestión de compromiso y no de preocupación.

Todo surge de la necesidad por contar algo, por interpretar algo, por compartir algo, por responder a interrogantes para los que no tenemos respuesta. Quizá todo se pueda resumir en la necesidad de ser libre. La necesidad es apasionante.

¿Cómo llevas lo del paso generacional?

Antonio Saura:

Las gentes de teatro no tenemos fecha de caducidad. Todos tenemos algo que aportar. Todos somos necesarios y casi ninguno imprescindible. El Teatro es el que no tiene relevo. Brook, Barba, Donnellan, Mouawad, Bieito, Lola Arias… conviven en la escena internacional, al igual que Iniesta, Rigola o Lima con Messiez, Rakel Camacho o Marta Pazos en la nacional. Como entiendo que te interesa la escena regional, te diré que me apasiona la creatividad de la joven directora Ana Barceló tanto como la de su maestro Javier Mateo. Directores como Paco Maciá establecen espacios referenciales para la creación escénica de los nuevos directores. Sus poéticas y lenguajes influyen incluso de forma inconsciente en ellos.

Ocurre igual con el dramaturgo Fulgencio M. Lax, dinamizador de la obra dramática de muchos jóvenes autores, como Natalia Yurena, Juanma Soriano o Alba Saura Clares. Destacan con luz propia Luisma Soriano, Jorge Fullana o Rocío Carrasco, que sin duda han tenido como referentes a alguno de los mencionados anteriormente. De los que estaban y de los que llevan muchos años, se destila un estilo, una poética, una metodología que se imbrica con los creadores que están y los que quedan por venir. Lo nuevo no surge de la nada.

El relevo generacional es natural, necesario y está asegurado en la Región de Murcia.

¿Por qué Shakespeare?

Antonio Saura:

Shakespeare continúa siendo el dramaturgo más leído y estrenado en todo el mundo, y sus obras son continuamente adaptadas por todo tipo de movimientos artísticos, intelectuales y escénicos.

El sueño de una noche de verano, de Alquibla Teatro y dirigido por Antonio Saura.
Sueño de una noche de verano (2000).

Shakespeare contiene a Brecht, Beckett y Artaud, por tanto a todo el teatro contemporáneo, y nos ha enseñado a entender la naturaleza humana porque con él los personajes evolucionan, no nacen y mueren sin más cambios. La voluntad de sus acciones y la libertad en sus decisiones, con las consiguientes alteraciones que ello provoca, les hace entrar en conflicto, y el conflicto es motor de acción en el teatro y en la vida. Los personajes shakesperianos influyen en la vida del hombre, porque presenta lo humano tal y como hoy lo conocemos, con sus virtudes y defectos, moralidad, ambición, amor y celos.  No son caricaturas, «son tan reales que tienen vida propia», planteaba Hegel.

Su forma de abordar todas las facetas de la existencia humana, en donde lo vulgar se entremezcla con lo elevado, es la auténtica causa de su perpetua vigencia.

¿Crees que en estos tiempos que corren, el teatro sigue cumpliendo con su función de espejo?

Antonio Saura:

Creo que el teatro de evasión está siendo devastador para esa función. Divierte y entretiene pero de forma frívola. El teatro de la mercadotecnia es una actividad de ocio que no presenta una visión del mundo y no cumple el objetivo de «mostrar la faz de la virtud y el semblante del vicio» que escribió Shakespeare.

Personalmente no me interesa nada un teatro que no esté relacionado con la belleza. El mundo sin belleza es de los otros. Un mundo sin belleza es violento y cruel. La belleza es el camino hacia la esperanza.

¿Por qué el teatro?

Antonio Saura:

Porque es el espacio de confrontación entre los ciudadanos. Desde su origen en las primitivas ceremonias religiosas, en los albores de la humanidad, el Teatro siempre ha sido un acto de encuentro entre los hombres. Unos representando para otros, en un tiempo y un espacio determinado. Y de la representación surge el conflicto, y de éste, la emoción, la reflexión, el debate, la diversión y el entretenimiento. Y eso es para mí el Teatro: un lugar en el que los hombres confrontan sus ideas, emociones y sensibilidades, con la aspiración utópica de cambiar y mejorar el mundo. Y como escribió Shakespeare: «Un hombre que no se alimenta de sus sueños envejece pronto».

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